viernes, 6 de julio de 2012

                                  CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA
DIMENSIÓN RELIGIOSA
DE LA EDUCACI
ÓN
EN LA ESCUELA CATÓLICA

ORIENTACIONES
PARA LA REFLEXIÓN Y REVISIÓN

INTRODUCCIÓN


1. El 28 de octubre de 1965 el Concilio Vaticano II aprobó la declaración Gravissimum educationis sobre la educación cristiana. Ella establece el elemento característico de la escuela católica: «Esta persigue, en no menor grado que las demás escuelas, los fines culturales y la formación humana de la juventud. Su nota distintiva es crear un ambiente en la comunidad escolar animado por el espíritu evangélico de libertad y caridad, ayudar a los adolescentes para que en el desarrollo de la propia personalidad crezcan a un tiempo según la nueva criatura que han sido hechos por el bautismo, y ordenar, finalmente, toda la cultura humana según el mensaje de salvación, de suerte que quede iluminado por la fe el conocimiento que los alumnos van adquiriendo del mundo, de la vida y del hombre».(1)

El Concilio permite, pues, subrayar como característica específica de la escuela católica, la dimensión religiosa: a) en el ambiente educativo; b) en el desarrollo de la personalidad juvenil; c) en la coordinación entre cultura y evangelio; d) de modo que todo sea iluminado por la fe.

2. Han transcurrido ya más de veinte años desde la declaración conciliar; por tanto, acogiendo las sugerencias llegadas de muchas partes, la Congregación para la Educación Católica dirige una cordial invitación a todos los Excelentísimos Ordinarios locales y a los Reverendísimos Superiores y Superioras de los Institutos dedicados a la educación de la juventud, a fin de que examinen si se han seguido tales directrices del Concilio. La ocasión, contando también con los deseos expresados en la Segunda Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos de 1985, no debe dejarse pasar. Al examen deben seguir decisiones sobre qué cosa se puede y debe hacer, a fin de que las esperanzas puestas por la Iglesia en la misma escuela y compartidas por numerosas familias y alumnos, encuentren respuestas cada vez más eficaces.

3. Para dar cumplimiento a la declaración conciliar, la Congregación ha intervenido en los problemas de estas escuelas. Con el documento La Escuela Católica(2) presentó un texto sobre su identidad y su misión en el mundo de hoy. Con El laico católico testigo de la fe en la escuela (3) quiso valorar el trabajo de los laicos, que se suma a aquél de gran valor, que han realizado y realizan numerosas familias religiosas masculinas y femeninas. El presente texto se basa en las mismas fuentes, convenientemente actualizadas, de los documentos anteriores y guarda con ellos estrecha relación.(4)

4. Por fidelidad al tema propuesto, se tratará sólo de las escuelas católicas, esto es, de todas las escuelas e instituciones de enseñanza y educación de cualquier orden y nivel pre-universitario dependientes de la autoridad eclesiástica, orientados a la formación de la juventud laica, que operan en el área de competencia de este Dicasterio. Conscientemente se dejan sin respuesta otros problemas. Hemos preferido centrar la atención en uno solo, antes que dispersarla en muchos. Esperamos poder tratar de ellos oportunamente.(5)

5. Las páginas que siguen ofrecen orientaciones de carácter general. De hecho, las situaciones históricas, ambientales y personales difieren de un lugar a otro, de una escuela a otra y de una a otra clase.

La Congregación insta, por tanto, a los responsables de las escuelas católicas: Obispos, Superiores y Superioras religiosos, Directores de centros, a que reflexionen sobre tales orientaciones generales y las adapten a las situaciones locales concretas, que sólo ellos conocen bien.

6. Las escuelas católicas son frecuentadas también por alumnos no católicos y no cristianos. En algunos Países constituyen, incluso, la gran mayoría. El Concilio era consciente de ello.(6) Por tanto será respetada la libertad religiosa y de conciencia de los alumnos y de las familias. Libertad firmemente tutelada por la Iglesia.(7)

Por su parte, la escuela católica no puede renunciar a la libertad de proclamar el mensaje evangélico y exponer los valores de la educación cristiana. Es su derecho y su deber. Debería quedar claro a todos que exponer o proponer no equivale a imponer. El imponer, en efecto, supone violencia moral, que el mismo mensaje evangélico y la disciplina de la Iglesia rechazan resueltamente.(8)

(El texto es de la pag hh:www.vatican.va)

sábado, 16 de junio de 2012

"LA EDUCACIÓN ES UNIVERSAL"


En este  documento comparto con ustedes,  donde habla de la importancia que tiene la educación y que  de hecho es un derecho universal  de todos los hombres  sin distincion de raza, conticion y edad"

" fomentar en la tierra la unidad y la paz"



DECLARACIÓN
GRAVISSIMUM EDUCATIONIS
SOBRE LA EUCACIÓN CRISTIANA

PROEMIO
El Santo Concilio Ecuménico considera atentamente la importancia decisiva de la educación en la vida del hombre y su influjo cada vez mayor en el progreso social contemporáneo. En realidad la verdadera educación de la juventud, e incluso también una constante formación de los adultos, se hace más fácil y más urgente en las circunstancias actuales. Porque los hombres, mucho mas conscientes de su propia dignidad y deber, desean participar cada vez más activamente en la vida social y, sobre todo, en la económica y en la política; los maravillosos progresos de la técnica y de la investigación científica, y los nuevos medios de comunicación social, ofrecen a los hombres, que, con frecuencia gozan de un mayor espacio de tiempo libre de otras ocupaciones, la oportunidad de acercarse con facilidad al patrimonio cultural del pensamiento y del espíritu, y de ayudarse mutuamente con una comunicación más estrecha que existe entre las distintas asociaciones y entre los pueblos.
En consecuencia, por todas partes se realizan esfuerzos para promover más y más la obra de la educación; se declaran y se afirman en documentos públicos los derechos primarios de los hombres, y sobre todo de los niños y de los padres con respecto a la educación. Como crece rápidamente el número de los alumnos, se multiplican por doquier y se perfeccionan las escuelas y otros centros de educación. Los métodos de educación y de instrucción se van perfeccionando con nuevas experiencias. Se hacen, por cierto, grandes esfuerzos para llevarla a todos los hombres, aunque muchos niños y jóvenes están privados todavía de la instrucción incluso fundamental, y de tantos otros carecen de una educación conveniente, en la que se cultiva a un tiempo la verdad y la caridad.
Ahora bien, debiendo la Santa Madre Iglesia atender toda la vida del hombre, incluso la material en cuanto está unida con la vocación celeste para cumplir el mandamiento recibido de su divino Fundador, a saber, el anunciar a todos loshombres el misterio de la salvación e instaurar todas las cosas en Cristo, le toca también una parte en el progreso y en la extensión de la educación. Por eso El Sagrado Concilio expone algunos principios fundamentales sobre la educación cristiana, máxime en las escuelas, principios que, una vez terminado el Concilio, deberá desarrollar más ampliamente una Comisión especial, y habrán de ser aplicados por las Conferencias Episcopales y las diversas condiciones de los pueblos.

*Derecho universal a la educación y su noción
1. Todos los hombres, de cualquier raza, condición y edad, en cuanto participantes de la dignidad de la persona, tienen el derecho inalienable de una educación, que responda al propio fin, al propio carácter; al diferente sexo, y que sea conforme a la cultura y a las tradiciones patrias, y, al mismo tiempo, esté abierta a las relaciones fraternas con otros pueblos a fin de fomentar en la tierra la verdadera unidad y la paz. Mas la verdadera educación se propone la formación de la persona humana en orden a su fin último y al bien de las varias sociedades, de las que el hombre es miembro y de cuyas responsabilidades deberá tomar parte una vez llegado a la madurez.
Hay que ayudar, pues, a los niños y a los adolescentes, teniendo en cuenta el progreso de la psicología, de la pedagogía y de la didáctica, para desarrollar armónicamente sus condiciones físicas, morales e intelectuales, a fin de que adquieran gradualmente un sentido más perfecto de la responsabilidad en la cultura ordenada y activa de la propia vida y en la búsqueda de la verdadera libertad, superando los obstáculos con valor y constancia de alma. Hay que iniciarlos, conforme avanza su edad, en una positiva y prudente educación sexual. Hay que prepararlos, además, para la participación en la vida social, de forma que, bien instruidos con los medios necesarios y oportunos, puedan participar activamente en los diversos grupos de la sociedad humana, estén dispuestos para el diálogo con los otros y presten su fructuosa colaboración gustosamente a la consecución del bien común.
Declara igualmente el Sagrado Concilio que los niños y los adolescentes tienen derecho a que se les estimule a apreciar con recta conciencia los valores morales y a aceptarlos con adhesión personal y también a que se les estimule a conocer y amar más a Dios. Ruega, pues, encarecidamente a todos los que gobiernan los pueblos o están al frente de la educación, que procuren que la juventud nunca se vea privada de este sagrado derecho. Y exhorta a los hijos de la Iglesia a que presten con generosidad su ayuda en todo el campo de la educación, sobre todo con el fin de que puedan llegar cuanto antes a todos los rincones de la tierra los oportunos beneficios de la educación y de la instrucción.
*Varios medios para la educación cristiana
4. En el cumplimiento de la función de educar, la Iglesia se preocupa de todos los medios aptos, sobre todo de los que le son propios, el primero de los cuales es la instrucción catequética, que ilumina y robustece la fe, anima la vida con el espíritu de Cristo, lleva a una consciente y activa participación del misterio litúrgico y alienta a una acción apostólica. La Iglesia aprecia mucho y busca penetrar de su espíritu y dignificar también los demás medios, que pertenecen al común patrimonio de la humanidad y contribuyen grandemente al cultivar las almas y formar los hombres, como son los medios de comunicación social, los múltiples grupos culturales y deportivos, las asociaciones de jóvenes y, sobre todo, las escuelas.

*Importancia de la escuela
5. Entre todos los medios de educación, el de mayor importancia es la escuela, que, en virtud de su misión, a la vez que cultiva con asiduo cuidado las facultades intelectuales, desarrolla la capacidad del recto juicio, introduce en el patrimonio de la cultura conquistado por lasgeneraciones pasadas, promueve el sentido de los valores, prepara a la vida profesional, fomenta el trato amistoso entre los alumnos de diversa índole y condición, contribuyendo a la mutua comprensión; además, constituye como un centro de cuya laboriosidad y de cuyos beneficios deben participar a un tiempo las familias, los maestros, las diversas asociaciones que promueven la vida cultural, cívica y religiosa, la sociedad civil y toda la comunidad humana.
Hermosa es, por tanto, y de suma importancia la vocación de todos los que, ayudando a los padres en el cumplimiento de su deber y en nombre de la comunidad humana, desempeñan la función de educar en las escuelas. Esta vocación requiere dotes especiales de alma y de corazón, una preparación diligentísima y una facilidad constante para renovarse y adaptarse.
*Obligaciones y derechos de los padres
6. Es preciso que los padres, cuya primera e intransferible obligación y derecho es el de educar a los hijos, tengan absoluta libertad en la elección de las escuelas. El poder público, a quien pertenece proteger y defender la libertad de los ciudadanos, atendiendo a la justicia distributiva, debe procurar distribuir las ayudas públicas de forme que los padres puedan escoger con libertad absoluta, según su propia conciencia, las escuelas para sus hijos.
Por los demás, el Estado debe procurar que a todos los ciudadanos sea accesible la conveniente participación en la cultura y que se preparen debidamente para el cumplimiento de sus obligaciones y derechos civiles. Por consiguiente, el mismo Estado debe proteger el derecho de los niños a una educación escolar conveniente, vigilar la capacidad de los maestros y la eficacia de los estudios, mirar por la salud de los alumnos y promover, en general, toda la obra escolar, teniendo en cuenta el principio de que su función es subsidiario y excluyendo, por tanto, cualquier monopolio de las escuelas, que se opone a os derechos nativos de la persona humana, al progreso y a la divulgación de la misma cultura, a la convivencia pacífica de los ciudadanos y al pluralismo que hoy predomina en muchas sociedades.
El Sagrado Concilio exhorta a los cristianos que ayuden de buen grado a encontrar los métodos aptos de educación y de ordenación de los estudios y a formar a los maestros que puedan educar convenientemente a los jóvenes y que atiendan con sus ayudas, sobre todo por medio de asociaciones de los padres de familia, toda la labor de la escuela máxime la educación moral que en ella debe darse.

domingo, 13 de mayo de 2012

EDUCACION Y PROYECTO DE VIDA


En su Documento "Educación y proyecto de vida"

   Los Obispos se han expresado así frente el tema que nos atañe:"La problemática sexual -afirman- que ha cobrado énfasis en nuestros días y si bien este hecho ha servido para que algunos revalorizaran la sexualidad humana,otros entraron en el torrente de la desorientación, que en muchos casos lleva hasta la pérdida de las luces del sentido común."Se siente entonces que para tener una comprensión seria y actualizada sobre el tema, es necesario realizar una profunda reflexión sobre determinados conceptos puntuales.Es en primer lugar necesario tener en claro que la educación cristiana debe tender a la realización del hombre a través del desarrollo de todo su ser, espíritu encarnado, y de los dones de naturaleza y gracia de que ha sido enriquecido por Dios. Así lo expresa el Documento "Orientaciones educativas sobre el amor humano".Es por ello que cuando se habla de la  educación  se  hace apuntando a la integridad de la persona.Cuando se habla de Educación sexual, no puede estar sino referida a la Educación integral, y como ésta debe partir de la concepción misma del se rhumano como persona.Por que la educación atañe en primer lugar a la familia, son los padres quienes tienen el derecho y el deber de orientar sexualmente a sus hijos conforme a su concepción de vida.Dado por supuesto este deber primario de la familia a la educación y en este caso a la Educación sexual, la escuela deberá insistir y completar la obra de los padres.Con respecto a la Educación sexual se ha de proporcionar a los niños y jóvenesuna estima de la "sexualidad como valor y función de toda la persona creada,varón y mujer, a imagen de Dios (Familiaris Consortio)."De este modo la Iglesia reafirma la ley de subsidiariedad que la escuela tiene que observar cuando coopera en la educación sexual, situándose en el espíritu que anima a los padres" (Juan Pablo II en el mismo Documento).

                                  
   Los Obispos en "Educación y proyecto de vida" concluyen:  que "Es absurdo y contra producente y antieducativo identificar la educación sexual con los meros aspectos técnicos y científicos, sin integrarlos y subordinarlos a los aspecto santropológicos más profundos, como son el papel de la sexualidad en la madurez e integración del yo, la apertura al tú y al encuentro interpersonal, laconstrucción del nosotros , e incluso, a la proyección hacia el mundo de latrascendencia y la religiosidad".Desde este punto de partida en Educación sexual debe hablarse de unaeducación personalizada, es decir gradual según la edad y la circunstancia decada alumno.También es que de este modo cabe más hablar de Educación para el amor, quede Educación sexual, intentando poner el énfasis no en una mera información oformación genital, sino a un proceso que abarca al hombre en su totalidad paradesde esa totalidad implicar el sentido más profundo de su existencia: ELAMOR.

2. Este concepto es reafirmado en "Orientaciones educativas sobre el amor humano", cuando dice: "La sexualidad orientada, elevada e integrada por elamor adquiere una verdadera calidad humana. En el cuadro del desarrollobiológico y psíquico, crece armónicamente y sólo se realiza en sentido plenocon la conquista de la madurez afectiva que se manifiesta en el amordesinteresado y en la total donación de sí.Finalmente ha de hablarse de una educación para el pudor, la amistad y larealización profesional desde el logro de una imagen sexual plena, ya que laeducación afectivo sexual es fundamental como elemento integrador de lapersonalidad.Así niños y jóvenes aprenderán a respetar el propio cuerpo como don de Dios,miembro de la Iglesia de Cristo y templo del Espíritu Santo, como tambiénaprenderán a ser limpios "de corazón" y a vivir el encuentro afectivo con losdemás según el valor sublime del amor.Para sintetizar y tomando la Exhortación Apostólica de Juan Pablo II "FamiliarisConsortio", se dirá acerca de la Educación sexual que:  Debe estar incluida dentro de la educación integral.  Debe ser una educación para el amor como don de sí mismo.  Debe ser dirigida por los padres, como primeros educadores.  Las escuelas deben ser cooperadoras de los padres, actuando como subsidiarios.  Debe ir unida a una educación para el pudor y la amistad.  Exige una educación de la castidad y la virginidad como virtudes que desarrollan la auténtica madurez de la persona.  Debe ir fuertemente unida a los principios morales, oponiéndose la Iglesia al sistema de información sexual separada de los mismo. Clarificados estos conceptos, referidos a la “Educación para el amor”, abordaremos la concepción antropológica desde la cual nos posicionamos. Cada persona es única, irremplazable e irrepetible. Desde su identidadpersonal el Yo en creciente integración:  Sintetiza las múltiples dimensiones de su personalidad (bio-sexual, psicosocial, espiritual).  Se relaciona enriquecedoramente con los demás, a partir de la familia, matriz de toda experiencia, continuando con los otros, amigos, escuela, comunidad.  Se proyecta espiritualmente en su relación con Dios. "La sexualidad es la primera realidad existencial de la persona humana, que se apoya en una estructura biológica cualificadora y se manifiesta en todos los niveles biopsicológicos hasta alcanzar una dimensión social y trascendente. Desde estas definiciones, queda claro que sexualidad y genitalidad son conceptos diferentes, mucho más amplio e integrador el primero, si bien en la realidad cultural cotidiana a veces se toman erróneamente por sinónimos. La sexualidad impregna todo el ser del hombre, la genitalidad hace referencia sólo a una parcialidad de esa realidad. Se es varón o mujer siempre, en cada acto de nuestra vida. El hombre es creado por Dios "a su imagen", a “semejanza” suya, otorgándole una dignidad que lo emparenta con e l mismo al ordenarlo a un fin trascendente (Iglesia y Comunidad nacional).
 La identidad sexual es inseparable de la identidad personal. Su evolución resulta de la evolución integral de la personalidad y es necesariamente compleja, dinámica, integral. En atención a estos principios y a una educación personalizada que proponíamos antes, la estructura del Proyecto ha de pensarse en una suerte de lógica espiralada, donde desde núcleos siempre iguales, se avance en grados de complejidad creciente, a fin de posibilitar a cada sujeto, según sus intereses y grados de madures diferentes, hacer propios, construir, los conceptos que constituyen el eje de la propuesta, a fin de posibilitar la elección libre y voluntaria de cada uno al bien que proponemos en pro del desarrollo pleno de su personalidad y su realización personal. Estos núcleos son: • Soy cuerpo, soy alma, creación de Dios.
 4. 6. Curricular específico: En nuestras escuelas y comunidades este espacio no puede ser optativo para el alumno, pero debemos extremar nuestra creatividad para que sea un espacio particularmente querido y esperado por los alumnos 7. No limitemos el Proyecto por falta de recursos económicos. Nuestras escuelas tienen muy ricas historias de tareas sostenidas por el esfuerzo voluntario y generoso de docentes y padres. A este compromiso debemos apelar si los recursos son escasos. No siempre la disponibilidad de fondos asegura la buena realización de los proyectos.• Cómo implementar la Formación de los padres? En primer término como una invitación con peso, para ser aceptada. Lo interesante y valioso de la propuesta hará que el grupo inicial de padres vaya incrementándose. Cada Institución decidirá por lo obligatorio si lo considera necesario. Sería bueno poder convocar a los padres, no obligarlos.• En el caso de los docentes, (para quienes asuman la tarea) el proceso de formación no es optativo. No podemos abordar estos temas desde lo que sabemos “por ahí” o lo que buenamente “nos parece”. Hay una doctrina por transmitir y muchas personalidades por formar.
7. PROPUESTA DE TRABAJO POR NIVELES: NIVEL INICIAL EJE:

 Dios me llama a la vida por amor. Objetivos:
• Descubrir en su vida la maravilla del amor de Dios que lo llamó a la vida.
  Encontrarse consigo mismo, con Dios y con los demás superando paulatinamente el egocentrismo infantil.
 Reconocer la Creación como obra de Dios.
 Descubrir su sexo con naturalidad, unido a la vida y al amor familiar.
  Expresar el amor y gratitud hacia sus padres por la preocupación hacia ellos desde antes de su nacimiento.
  Ir logrando una apertura positiva desde el hogar hacia las actividades escolares.
 Integrarse al grupo de compañeros con los que le toque actuar. Contenidos:3 AÑOS: - Dios creó al hombre. - Descubro mi cuerpo. - Yo y mi familia. Mamá y papá me cuidan y me protegen. - En el Jardín conozco otros nenes y nenas. - Comienzo a compartir: juegos y elementos4 AÑOS: - Las obras creadas por Dios. - Mi cuerpo es creación de Dios. - Dios nos creó nenas y nenes. - Mamá y papá se aman. Un día se conocieron..... - Yo nací por su amor. Mi nacimiento. - Cuando yo era pequeño: mis travesuras. - Mis amigos. - Experiencias compartidas: los juegos.5 ANOS: - La vida: regalo de Dios. - Seres vivos y no vivos. - Estamos creciendo.

8. - Cuidado e higiene de mi cuerpo- Mi familia. Nos peleamos, pero cuanto nos queremos: mis hermanos.- Mis abuelos ocupan un lugar importante en mi vida.- Mis padrinos: mis segundos papás.- La vida en el hogar: cada uno tiene una función.- El trabajo dignifica.- Mis amigos: los quiero, respeto y comparto.- En el otro descubro a Jesús. Actividades: • Charlas e intercambios. • Preguntas, planteos de situaciones problemáticas, cuestionarios, discusiones para llegar a acuerdos. • Búsqueda de información en libros, láminas, fotografías familiares, etc. • Encuestas, entrevistas, reportajes. • Pedidos de información a las familias y a profesionales. • Uso de medios audiovisuales. • Narraciones alusivas a los temas a tratar. • Cartillas informativas a los padres. • Exposición de temas informativos en reuniones de padres. • Cuadernillo confeccionado por la docente con actividades para realizar en el hogar. • Baño de Bebés. • Dramatización: Rincón del hogar. Que haya material que invite a asumir el rol de Papá y el rol de Mamá. • Inclusión de recursos didácticos: rompecabezas, seriación, cuentos, fotos etc • Visita a zoológicos y granjas, si es posible que tengan una huerta, mejor. • También invitar a Mamás a cocinar, pintar etc., o a un Papá que pueda contar y mostrarles a los chicos como es la tarea que hace a diario. Consideraciones generales: • Basándonos en la Ley Federal de Educación nosotros tenemos que posibilitar la educación integral de la persona abarcando todas las dimensiones (cultural, social, ética, religiosa), por lo tanto se incluye Educación para el amor como un elemento más integrador de la personalidad; es por eso que debe atravesar todos los temas de la currícula. • Se sugiere trabajar el Plan de Educación para el amor en forma paralela con Ética Ciudadana, ya que el mismo debe basarse y ligarse en forma permanente a los

9. Principios morales y también con Catequesis porque la formación que pretendemos se funda en los valores cristianos y la Fe debe ser la guía en toda escuela Católica.• Las actividades quedan libradas a la selección que cada docente real atendiendo a las características propias de cada grupo en particular.• Teniendo en cuenta las características psicológicas del niño en esta etapa, los espacios dedicados a la profundización de estos temas, deberán utilizar como recurso principal el juego. Para esto, es necesario utilizar todas las estrategias que lo posibiliten y enriquezcan.• No debemos pensar, por lo tanto, en charlas extensas, sino en experiencias vividas a través de actividades variadas.• El Eje del proyecto en el nivel, intenta profundizar la idea del amor de Dios actuando en nuestra vida. Aunque nadie nos quiera, Él nos llama a la vida, a cada uno, como un acto de amor.• Este eje, ha de ser tenido en cuenta a lo largo de todo el Plan en el Nivel, por parte del docente, ya que ha de ser la idea fundamental a afianzar en cada niño. Consideramos que en esta realidad cultural tan conflictiva, donde la crisis familiar toca tan de cerca de nuestros niños, hacerles sentir el amor de Dios constituye un estímulo que no podemos consentir que ellos ignoren.• Cuando hablemos de diferencias sexuales, ir formando en la idea de que no existe sexo superior al otro, ni más perfecto, sólo diferentes para complementarse.

10. NIVEL ENSEÑANZA GENERAL BÁSICA
Objetivos:
 * Obtener una visión integrada de la sexualidad y el amor.
 *Crecer como persona sexuada, para poder integrarse como tal en la familia y la sociedad.
* Amar a través de la aceptación del propio sexo.
 *Tener una relación armoniosa con personas del mismo sexo y del sexo contrario.
 * Respetar su cuerpo y el de los demás como " templo del Espíritu Santo".
* Revalorizar la relación de hombre-mujer para "humanizar la sexualidad".
* Vivir una plena relación de amor con Dios, de quien proviene y hacia quien converge la plenitud de nuestra capacidad de amar
 Somos un espíritu encarnado. Contenidos:Primer núcleo: Soy cuerpo, soy alma, creación de Dios ó Yo soy,cuerpo y alma, creación de Dios.Relato de la creación: orden natural de la misma.El hombre, rey de la Creación: fue creado mujer y varón.Como todos los seres vivos: nacemos, crecemos, nos multiplicamos y morimos.Como Jesús, nos encarnamos. Somos superiores a los demás seres.Higiene del cuerpo, reconocer y nombrar las distintas partes del cuerpo.Valores a trabajar: Orden. Amor a la vida.Segundo núcleo: Yo y mi familiaIntegrantes de la familia. Pensar en modelos de familia más cercanos y otrosmás amplios (abuelos, tíos y otros miembros significativos para los niños).Roles, trabajos, vestimentas, juegos, modales, según sexo de cada miembro dela familia.Identificación con los de su sexo.Acontecimientos familiares: aniversarios, cumpleaños, viajes, muertes,nacimientos.Amor filial: Yo soy producto de ese amor.Dios creador y dador de vida.Tercer núcleo: Yo y mis amigosComunidades a las que pertenece la escuela, Iglesia, barrio, etc.Relaciones de amistad y compañerismo entre niños y niñas. Dios está en ellos.
11. Actitudes según el sexo: diversiones, juegos y vestimentas.
12. Actividades: 
* Promover mucho el diálogo de los padres con sus hijos, ayudándolos a asumir su función como primeros educadores.
* Invitar a los padres a participar activamente de algunos encuentros, contando en qué trabajan, cómo lo hacen, enseñándole a los niños.
* Favorecer las actividades deportivas y al aire libre, no con un fin competitivo, sino como medio de desarrollar y cuidar nuestro cuerpo, obra de Dios.
* Compartir actividades deportivas y recreativas con los padres u otros familiares.
* Fomentar la participación en actividades domésticas. Realizarlas juntos. Enseñarles a ejecutarlas correctamente.
Consideraciones Generales:  La tarea con Valores, pensados en cada año, y en relación con los contenidos generales del plan, tiene que ver, fundamentalmente con el propósito fundamental de orientar la formación de la personalidad . El objetivo de este Nivel es fortalecer a cada persona en la toma de decisiones, a fin de que libremente opte por el bien, por aquello que lo engrandece y perfecciona. • Estos Valores señalados, no indican que serán los únicos a trabajar ni que lo sean sólo en ese año. Su inserción en un año determinado contiene un valor didáctico. Sobre cada uno de ellos ha de volverse siempre, a fin de conseguir el proceso formativo de cada alumno en torno a ellos. • En esta etapa, la formación de la personalidad es un objetivo fundamental. • A lo largo de la EGB es conveniente pensar en un espacio especial, durante un tiempo determinado, para trabajar estos temas, a fin de darle la debida consideración. En las propuestas metodológicas generales de sugerirán diversas formas. • Considerar también que la educación de la sexualidad es un contenido transversal, por lo tanto, no puede faltar la interrelación con los contenidos de otros espacios curriculares (Cs. Naturales, Enza. Religiosa, etc.) • Aquí el tratamiento de los temas no se circunscribe exclusivamente al juego, hay procesos reflexivos más profundos, otras experiencias, el niño va creciendo. • En este primer año, consideramos fundamental la incentivación a la actividad deportiva, como medio de trabajar muchos de los valores pretendidos. Segundo año:

 Consideraciones generales:

14. • Siempre ha de comenzarse el desarrollo de los contenidos a partir de la revisión de los anteriores (contenidos previos). • No obstante, es necesario diagnosticar cuán afianzados están los del año anterior, a ésto obedece esta lógica espiralada por la cual repetimos los mismos núcleos temáticos (Soy cuerpo y alma, creación de Dios, Mi familia, Mis amigos). • La idea a re-trabajar una y otra vez es la diferencia sexual (biológica, psicológica, cultural) puesta al servicio de la complementariedad, la cual va más allá de la mera genitalidad. • Esta concepción de la sexualidad nos dará los elementos necesarios para afianzar luego la diferencias entre género y sexo. • Todo lo señalado sobre Valores en ler. Año, se aplica también aquí Tercer año: EJE: Somos creados a imagen y semejanza de Dios. Contenidos:Primer núcleo: Soy cuerpo soy alma, creación de Dios .La vida como regalo de Dios. Él quiso crearnos, amarnos. Es su voluntadcrearnos a imagen y semejanza suya. Somos seres libre y voluntarios.Necesitamos de la gracia.Poseemos otros talentos y dones que Dios nos dio para diferenciarnos de losdemás seres creados: sinceridad, honestidad, justicia y generosidad. Valoresque debo descubrir y demostrar.Soy amado por Dios, por mi familia y amigos. Soy capaz de amar.Soy un cuerpo sexuado.Segundo núcleo: Yo y mi familiaLa famila de Nazaret, ejemplo de amor.El amor permite la formación de la familia.Jesús es nuestro hermano. Relaciones entre hermanos.Obediencia y respeto hacia los padres. Dios está en ellos.En la familia se observa y ejemplifica la vida como proceso.Tercer núcleo: Yo y mis amigosCompañerismo y amistad en la escuela, el barrio, el club.Deseo ser mayor (proceso imitativo). Jesús como modelo: quiero ser como Él. Actividades:


16. Segundo núcleo: Yo y mi familia Identificación con el padre y/o la madre.Amor conyugal. Amor filial.Testimonio de amor en mamá y en papá.Ser mamá o papá.Gestación y nacimiento de un bebé.Ahora soy hijo: deberes y derechos que tengo en la familia.Charlamos con papá o mamá (u otro adulto significativo) de las cosas que nospasan.Tercer núcleo: Yo y mis amigosNecesidad de ser amado y comprendido.Búsqueda de la seguridad y del apoyo en los amigos y/o amigas. Descubrimosa Jesús como amigo.Cualidades que reflejan la verdadera amistad. Aceptación del otro. Apertura aotros grupos.Conociéndome a mí mismo, conozco a los demás.Necesidad de estar con otros, de jugar, trabajar, conversar con nenes o nenas.Intereses comunes, intereses diferentes.Valor: generosidad y respeto.Participación en tareas solidarias y comunitarias. Actividades: • Charlas con los padres, a cargo de profesionales o el propio docente, que los informe sobre cómo y qué explicarle a los niños sobre estos temas. • Trabajos de investigación grupal. • Charlas con profesionales (pediatras, psicólogos, psicopedagogos) sobre los contenidos. La madurez del grupo indicará la conveniencia o no de que los niños y los padres participen juntos de las mismas. • Todas aquellas tareas solidarias, campañas, etc. que generen compromiso y generosidad. • Exposición de trabajos, paneles, murales, afiches. Hacer partícipes a los padres de estas conclusiones. Consideraciones generales: • En este segundo ciclo, comienzan a manifestarse las diferencias individuales con mayor intensidad. Es necesario reforzarlas con sentido solidario. • A partir de este segundo ciclo, la madurez del grupo deberá ser tenida muy en cuenta. Por ejemplo, el tema de la aparición de los caracteres sexuales primarios, deberá darse teniendo en cuenta esto, pero no olvidar que si reciben información de cualquier lado, en forma tergiversada, es mucho peor a que la familia o nosotros


17. Hablemos antes de tiempo. • También en el plano de las diferencias sexuales éstas se profundizan, prepararlos para las mismas. • Apoyar el afianzamiento de los talentos propios y el reconocimiento de los ajenos. Llevarlos a asumir las limitaciones y trabajar sobre ellas. Así comienza a gestarse la propia identidad. • La apertura al otro y sobre todo a los más necesitados es fundamental en este ciclo, ayuda a salir de sí mismo y ser generoso. • La preparación de los niños a los cambios sexuales es necesario ir trabajándola con los padres. Quinto año: EJE: Jesús, mi mejor Amigo, mi modelo de vida. Contenidos:Primer núcleo: Soy cuerpo, soy alma, creación de Dios .Preparación para la pubertad . Características de esta etapa: biológicas,psicológicas, culturales.Me afirmo en mi rol de varón o mujer.Respeto mi cuerpo hasta en el hablar de él.Valores: Castidad. Pureza. Templanza.Segundo núcleo: Yo y mi familiaConfío en mis padres.Identificación con las normas que en la familia se imponen.Relación entre padres e hijos. Jesús amaba y respetaba a sus padres.Éxitos y fracasos en las relaciones entre padres e hijos. Necesidad de lacomprensión mutua.El amor, el matrimonio y la familia.Tengo como modelos a los adultos, sobre todo mis padres y docentes que dantestimonio de vida.Tercer núcleo: Yo y mis amigosSoy un ser sociable, servicial, me gusta colaborar.Valor: la amistad.Necesito ser útil a los demás.Elección del amigo y/o amiga. Cualidades. Búsqueda de modelos que encarnenestas cualidades.En la comunidad en que vivo encuentro adultos, personas a las que admiro porsus cualidades.Valores: Justicia. Paciencia.



20. Posibilidades y valores.
 • El futuro nos implica, no es un destino impuesto. Dios nos llama a constuirlo. Debemos asumirlo responsablemente. • Nuevamente, en este año, trabajar mucho la relación con los adultos (padres, docentes, etc.) Séptimo año: EJE: Quién soy? Busco mi propia identidad y comienzo a gestar mi propio proyecto de vida. Contenidos:Primer núcleo: Soy cuerpo, soy alma, creación de Dios .Revisión profunda de los conceptos vistos hasta el presente.Desarrollo y crecimiento adolescente. Respuestas psicofísicas y espiritualesfrente a los cambios profundos de esta etapa.Diferencia entre sexualidad y genitalidad. Entre sexo y género.Diferencia entre impulso sexual, instinto sexual y tendencia al amor. Curiosidad sexual: Masturbación puberal y las vergüenzas. Pornografía yerotismo.Virtudes: Castidad. Pureza. Templanza.Verdadero sentido del amor, se ama en cuerpo y alma.Autotrascendencia progresiva de la sexualidad. Sólo puedo trascender, abrirmea los otros desde el conocimiento profundo de mí mismo y la aceptación.Segundo núcleo: Yo y mi familiaFunción social del matrimonio y la familia.El matrimonio como sacramento.Función y misión de la familia cristiana en el plan de Dios: amor. Conservar ytransmitir la vida. La gestación de un hijo requiere el aporte del padre y de lamadre.Relaciones sexuales. Fecundación, embarazo y parto. .Tercer núcleo: Yo y mis amigosLos jóvenes se complementan.La atracción por el sexo opuesto. El amor entre los jóvenes. Amor. Amistad.Las virtudes que ordenan la sexualidad y ennoblecen el cuerpo.Circunstancias anormales que no permiten el desarrollo del verdadero amor:falta de pudor, confusión de placer con felicidad. Relaciones pre-matrimoniales.El amor cristiano reservado para los que creen en Dios.Solidaridad con los demás. El reconocimiento y la aceptación del otro.Prejuicios. Iguales pero diferentes. Respeto. Apertura. Diálogo.

21. La discriminación: diferentes tipos. Posibles soluciones. La tolerancia.La apertura hacia la sociedad: relaciones y vínculos interpersonales eintergrupales. Actividades: • Lectura y análisis de bibliografía. Incorporar Documentos de la Iglesia referidos al tema. • Proyección de películas para debate. • Lectura crítica de libros, revistas, etc. • Análisis de programas de T.V., y en general de información que llega a través de los M.C.S. • Análisis crítico de figuras mediáticas, su ejemplo de vida, o no. Sus progresos o no hacia la concreción de un proyecto personal de vida. • Aplicación de técnicas que permitan la reflexión “hacia adentro”, hacia la interioridad. Consideraciones generales: • Comenzamos a transitar el Tercer Ciclo de la EGB. Es necesario trabajar este año el conocimiento de sí mismo en vistas a preparar mi futuro. • Reforzar mucho los Valores ya trabajados, deben ser aquilatados como Virtudes en cada uno, viéndolas desde esta realidad nueva y diferente de mí mismo que descubro. • Para aquellas Jurisdicciones que han integrado al Diseño Curricular del Tercer Ciclo el espacio de Orientación y Tutorías, el trabajo de este año en torno al conocimiento de sí mismo es especialmente indicado para una tarea interdisciplinaria. De no ser así, es una buena oportunidad para preparar el terreno a su incorporación por parte de la Institución en los Espacios de Definición Institucional. • Los temas de este ciclo comienzan a ser mucho más profundos en su análisis. Aquí se cierra lo específicamente referido a sexualidad, para comenzar en el Nivel siguiente con contenidos de Bioética. La profundidad de este análisis la dará en gran medida el grupo. De todas formas, no es posible evitar estas temáticas. • En los temas específicamente referidos a Moral, no quedarse en la idea de pecado, sino por el contrario, afianzar lo bueno, lo querido por Dios como posibilidad de opción libre y voluntaria. Esto no niega la idea de pecado, sino que refuerza la concepción de Dios como Amor, nuestro Padre, nuestro Salvador.

22. Octavo año: Voy madurando, me acepto y puedo abrirme mejor al encuentro con el otro.Contenidos:
Primer núcleo: Soy cuerpo, soy alma, creación de Dios.La maduración como proceso. Revisión y profundización de los temas dados.Etapas naturales del descubrimiento del sexo complementarios: instinto puro,etapa del tipo ideal, etapa electiva.Criterios por los que se elige pareja. Noviazgo. La preparación al matrimonio.Desviaciones sexuales: homosexualidad,etc. Los M.C.S. Actores pensantes en un mundo complicado.El valor de la vida: bulimia y anorexia. Drogas. Enfermedades de transmisiónsexual.
Segundo núcleo: Yo y mi familia.La familia nos ayuda a crecer como personas.El diálogo, la confianza ente padres e hijos.La educación familiar: diferencias y semejanzas con la que recibimos en laescuela.Nuestros padres como tales y no como simples amigos o compañerosesporádicos de ruta.Gestando nuestro propio proyecto de vida, confrontamos con nuestros padressus propias experiencias.Inicio al tema de la Orientación Vocacional-Tercer núcleo: Yo y mis amigos.Como adolescente me integro y comprometo en la sociedad.Dialogo con los demás y me abro a ellos.Pienso con otros. Afianzo mi juicio crítico, sólidamente fundamentado.El noviazgo no me aparta de los otros ni de mis responsabilidades.Nuestras diversiones y pasatiempos: un aporte más para el crecimiento y lamadurez. Actividades: • Trabajo con recortes de diarios y revistas sobre el mundo de los adolescentes y jóvenes. • Debates, charlas , investigación sobre las formas de diversión propias de la etapa. • Análisis del tema del noviazgo y los jóvenes en canciones, programas de T.V., cine, etc. • Debates, jornadas entre padres e hijos sobre temas diversos que interesen a ambos.




TODOS LOS JOVENES BUSCAN SER HEROES

COMO PRERSENTAR UN PROYECTO DE VIDA DESDE LA EDUCACIÓN

jueves, 12 de abril de 2012

EDUCAR A LOS JÓVENES EN LA JUSTICIA Y LA PAZ


EDUCAR A LOS JÓVENES EN LA JUSTICIA Y LA PAZ
Mensaje de Benedicto XVI para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz
(1 de enero de 2012)

1. El comienzo de un Año nuevo, don de Dios a la humanidad, es una invitación a desear a todos, con mucha confianza y afecto, que este tiempo que tenemos por delante esté marcado por la justicia y la paz.
¿Con qué actitud debemos mirar el nuevo año? En el salmo 130 encontramos una imagen muy bella. El salmista dice que el hombre de fe aguarda al Señor «más que el centinela la aurora» (v. 6), lo aguarda con una sólida esperanza, porque sabe que traerá luz, misericordia, salvación. Esta espera nace de la experiencia del pueblo elegido, el cual reconoce que Dios lo ha educado para mirar el mundo en su verdad y a no dejarse abatir por las tribulaciones. Os invito a abrir el año 2012 con dicha actitud de confianza. Es verdad que en el año que termina ha aumentado el sentimiento de frustración por la crisis que agobia a la sociedad, al mundo del trabajo y la economía; una crisis cuyas raíces son sobre todo culturales y antropológicas. Parece como si un manto de oscuridad hubiera descendido sobre nuestro tiempo y no dejara ver con claridad la luz del día.
En esta oscuridad, sin embargo, el corazón del hombre no cesa de esperar la aurora de la que habla el salmista. Se percibe de manera especialmente viva y visible en los jóvenes, y por esa razón me dirijo a ellos teniendo en cuenta la aportación que pueden y deben ofrecer a la sociedad. Así pues, quisiera presentar el Mensaje para la XLV Jornada Mundial de la Paz en una perspectiva educativa: «Educar a los jóvenes en la justicia y la paz», convencidos de que ellos, con su entusiasmo y su impulso hacia los ideales, pueden ofrecer al mundo una nueva esperanza.
Mi mensaje se dirige también a los padres, las familias y a todos los estamentos educativos y formativos, así como a los responsables en los distintos ámbitos de la vida religiosa, social, política, económica, cultural y de la comunicación. Prestar atención al mundo juvenil, saber escucharlo y valorarlo, no es sólo una oportunidad, sino un deber primario de toda la sociedad, para la construcción de un futuro de justicia y de paz.
Se ha de transmitir a los jóvenes el aprecio por el valor positivo de la vida, suscitando en ellos el deseo de gastarla al servicio del bien. Éste es un deber en el que todos estamos comprometidos en primera persona.
Las preocupaciones manifestadas en estos últimos tiempos por muchos jóvenes en diversas regiones del mundo expresan el deseo de mirar con fundada esperanza el futuro. En la actualidad, muchos son los aspectos que les preocupan: el deseo de recibir una formación que los prepare con más profundidad a afrontar la realidad, la dificultad de formar una familia y encontrar un puesto estable de trabajo, la capacidad efectiva de contribuir al mundo de la política, de la cultura y de la economía, para edificar una sociedad con un rostro más humano y solidario.
Es importante que estos fermentos, y el impulso idealista que contienen, encuentren la justa atención en todos los sectores de la sociedad. La Iglesia mira a los jóvenes con esperanza, confía en ellos y los anima a buscar la verdad, a defender el bien común, a tener una perspectiva abierta sobre el mundo y ojos capaces de ver «cosas nuevas» (Is 42,9; 48,6).
Los responsables de la educación



2. La educación es la aventura más fascinante y difícil de la vida. Educar –que viene de educere en latín– significa conducir fuera de sí mismos para introducirlos en la realidad, hacia una plenitud que hacer crecer a la persona. Ese proceso se nutre del encuentro de dos libertades, la del adulto y la del joven. Requiere la responsabilidad del discípulo, que ha de estar abierto a dejarse guiar al conocimiento de la realidad, y la del educador, que debe de estar dispuesto a darse a sí mismo. Por eso, los testigos auténticos, y no simples dispensadores de reglas o informaciones, son más necesarios que nunca; testigos que sepan ver más lejos que los demás, porque su vida abarca espacios más amplios. El testigo es el primero en vivir el camino que propone.
¿Cuáles son los lugares donde madura una verdadera educación en la paz y en la justicia? Ante todo la familia, puesto que los padres son los primeros educadores. La familia es la célula originaria de la sociedad. «En la familia es donde los hijos aprenden los valores humanos y cristianos que permiten una convivencia constructiva y pacífica. En la familia es donde se aprende la solidaridad entre las generaciones, el respeto de las reglas, el perdón y la acogida del otro»[1][1].Ella es la primera escuela donde se recibe educación para la justicia y la paz.
Vivimos en un mundo en el que la familia, y también la misma vida, se ven constantemente amenazadas y, a veces, destrozadas. Unas condiciones de trabajo a menudo poco conciliables con las responsabilidades familiares, la preocupación por el futuro, los ritmos de vida frenéticos, la emigración en busca de un sustento adecuado, cuando no de la simple supervivencia, acaban por hacer difícil la posibilidad de asegurar a los hijos uno de los bienes más preciosos: la presencia de los padres; una presencia que les permita cada vez más compartir el camino con ellos, para poder transmitirles esa experiencia y cúmulo de certezas que se adquieren con los años, y que sólo se pueden comunicar pasando juntos el tiempo. Deseo decir a los padres que no se desanimen. Que exhorten con el ejemplo de su vida a los hijos a que pongan la esperanza ante todo en Dios, el único del que mana justicia y paz auténtica.
Quisiera dirigirme también a los responsables de las instituciones dedicadas a la educación: que vigilen con gran sentido de responsabilidad para que se respete y valore en toda circunstancia la dignidad de cada persona. Que se preocupen de que cada joven pueda descubrir la propia vocación, acompañándolo mientras hace fructificar los dones que el Señor le ha concedido. Que aseguren a las familias que sus hijos puedan tener un camino formativo que no contraste con su conciencia y principios religiosos.
Que todo ambiente educativo sea un lugar de apertura al otro y a lo transcendente; lugar de diálogo, de cohesión y de escucha, en el que el joven se sienta valorado en sus propias potencialidades y riqueza interior, y aprenda a apreciar a los hermanos. Que enseñe a gustar la alegría que brota de vivir día a día la caridad y la compasión por el prójimo, y de participar activamente en la construcción de una sociedad más humana y fraterna.
Me dirijo también a los responsables políticos, pidiéndoles que ayuden concretamente a las familias e instituciones educativas a ejercer su derecho deber de educar. Nunca debe faltar una ayuda adecuada a la maternidad y a la paternidad. Que se esfuercen para que a nadie se le niegue el derecho a la instrucción y las familias puedan elegir libremente las estructuras educativas que consideren más idóneas para el bien de sus hijos. Que trabajen para favorecer el reagrupamiento de las familias divididas por la necesidad de encontrar medios de subsistencia. Ofrezcan a los jóvenes una imagen límpida de la política, como verdadero servicio al bien de todos.
No puedo dejar de hacer un llamamiento, además, al mundo de los medios, para que den su aportación educativa. En la sociedad actual, los medios de comunicación de masa tienen un papel particular: no sólo informan, sino que también forman el espíritu de sus destinatarios y, por tanto, pueden dar una aportación notable a la educación de los jóvenes. Es importante tener presente que los lazos entre educación y comunicación son muy estrechos: en efecto, la educación se produce mediante la comunicación, que influye positiva o negativamente en la formación de la persona.
                                                   
También los jóvenes han de tener el valor de vivir ante todo ellos mismos lo que piden a quienes están en su entorno. Les corresponde una gran responsabilidad: que tengan la fuerza de usar bien y conscientemente la libertad. También ellos son responsables de la propia educación y formación en la justicia y la paz.
Educar en la verdad y en la libertad
3. San Agustín se preguntaba: «Quid enim fortius desiderat anima quam veritatem? - ¿Ama algo el alma con más ardor que la verdad?»[2][2]. El rostro humano de una sociedad depende mucho de la contribución de la educación a mantener viva esa cuestión insoslayable. En efecto, la educación persigue la formación integral de la persona, incluida la dimensión moral y espiritual del ser, con vistas a su fin último y al bien de la sociedad de la que es miembro. Por eso, para educar en la verdad es necesario saber sobre todo quién es la persona humana, conocer su naturaleza. Contemplando la realidad que lo rodea, el salmista reflexiona: «Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado. ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para que de él te cuides?» (Sal 8,4-5). Ésta es la cuestión fundamental que hay que plantearse: ¿Quién es el hombre? El hombre es un ser que alberga en su corazón una sed de infinito, una sed de verdad –no parcial, sino capaz de explicar el sentido de la vida– porque ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Así pues, reconocer con gratitud la vida como un don inestimable lleva a descubrir la propia dignidad profunda y la inviolabilidad de toda persona. Por eso, la primera educación consiste en aprender a reconocer en el hombre la imagen del Creador y, por consiguiente, a tener un profundo respeto por cada ser humano y ayudar a los otros a llevar una vida conforme a esta altísima dignidad. Nunca podemos olvidar que «el auténtico desarrollo del hombre se refiere a la totalidad de la persona en todas sus dimensiones»[3][3], incluida la trascendente, y que no se puede sacrificar a la persona para obtener un bien particular, ya sea económico o social, individual o colectivo.
Sólo en la relación con Dios comprende también el hombre el significado de la propia libertad. Y es cometido de la educación el formar en la auténtica libertad. Ésta no es la ausencia de vínculos o el dominio del libre albedrío, no es el absolutismo del yo. El hombre que cree ser absoluto, no depender de nada ni de nadie, que puede hacer todo lo que se le antoja, termina por contradecir la verdad del propio ser, perdiendo su libertad. Por el contrario, el hombre es un ser relacional, que vive en relación con los otros y, sobre todo, con Dios. La auténtica libertad nunca se puede alcanzar alejándose de Él.
La libertad es un valor precioso, pero delicado; se la puede entender y usar mal. «En la actualidad, un obstáculo particularmente insidioso para la obra educativa es la masiva presencia, en nuestra sociedad y cultura, del relativismo que, al no reconocer nada como definitivo, deja como última medida sólo el propio yo con sus caprichos; y, bajo la apariencia de la libertad, se transforma para cada uno en una prisión, porque separa al uno del otro, dejando a cada uno encerrado dentro de su propio “yo”. Por consiguiente, dentro de ese horizonte relativista no es posible una auténtica educación, pues sin la luz de la verdad, antes o después, toda persona queda condenada a dudar de la bondad de su misma vida y de las relaciones que la constituyen, de la validez de su esfuerzo por construir con los demás algo en común»[4][4].
Para ejercer su libertad, el hombre debe superar por tanto el horizonte del relativismo y conocer la verdad sobre sí mismo y sobre el bien y el mal. En lo más íntimo de la conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz lo llama a amar, a hacer el bien y huir del mal, a asumir la responsabilidad del bien que ha hecho y del mal que ha cometido[5][5].Por eso, el ejercicio de la libertad está íntimamente relacionado con la ley moral natural, que tiene un carácter universal, expresa la dignidad de toda persona, sienta la base de sus derechos y deberes fundamentales, y, por tanto, en último análisis, de la convivencia justa y pacífica entre las personas.
El uso recto de la libertad es, pues, central en la promoción de la justicia y la paz, que requieren el respeto hacia uno mismo y hacia el otro, aunque se distancie de la propia forma de ser y vivir. De esa actitud brotan los elementos sin los cuales la paz y la justicia se quedan en palabras sin contenido: la confianza recíproca, la capacidad de entablar un diálogo constructivo, la posibilidad del perdón, que tantas veces se quisiera obtener pero que cuesta conceder, la caridad recíproca, la compasión hacia los más débiles, así como la disponibilidad para el sacrificio.
EDUCAR EN LA JUSTICIA 

4. En nuestro mundo, en el que el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, más allá de las declaraciones de intenciones, está seriamente amenazo por la extendida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de utilidad, del beneficio y del tener, es importante no separar el concepto de justicia de sus raíces transcendentes. La justicia, en efecto, no es una simple convención humana, ya que lo que es justo no está determinado originariamente por la ley positiva, sino por la identidad profunda del ser humano. La visión integral del hombre es lo que permite no caer en una concepción contractualista de la justicia y abrir también para ella el horizonte de la solidaridad y del amor[6][6].
No podemos ignorar que ciertas corrientes de la cultura moderna, sostenida por principios económicos racionalistas e individualistas, han sustraído al concepto de justicia sus raíces transcendentes, separándolo de la caridad y la solidaridad: «La “ciudad del hombre” no se promueve sólo con relaciones de derechos y deberes sino, antes y más aún, con relaciones de gratuidad, de misericordia y de comunión. La caridad manifiesta siempre el amor de Dios también en las relaciones humanas, otorgando valor teologal y salvífico a todo compromiso por la justicia en el mundo»[7][7].
«Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados» (Mt 5,6). Serán saciados porque tienen hambre y sed de relaciones rectas con Dios, consigo mismos, con sus hermanos y hermanas, y con toda la creación.
                        Educar en la paz
5. «La paz no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz no puede alcanzarse en la tierra sin la salvaguardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad»[8][8].La paz es fruto de la justicia y efecto de la caridad. Y es ante todo don de Dios. Los cristianos creemos que Cristo es nuestra verdadera paz: en Él, en su cruz, Dios ha reconciliado consigo al mundo y ha destruido las barreras que nos separaban a unos de otros (cf. Ef 2,14-18); en Él, hay una única familia reconciliada en el amor.
Pero la paz no es sólo un don que se recibe, sino también una obra que se ha de construir. Para ser verdaderamente constructores de la paz, debemos ser educados en la compasión, la solidaridad, la colaboración, la fraternidad; hemos de ser activos dentro de las comunidades y atentos a despertar las consciencias sobre las cuestiones nacionales e internacionales, así como sobre la importancia de buscar modos adecuados de redistribución de la riqueza, de promoción del crecimiento, de la cooperación al desarrollo y de la resolución de los conflictos. «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mt 5,9).
La paz para todos nace de la justicia de cada uno y ninguno puede eludir este compromiso esencial de promover la justicia, según las propias competencias y responsabilidades. Invito de modo particular a los jóvenes, que mantienen siempre viva la tensión hacia los ideales, a tener la paciencia y constancia de buscar la justicia y la paz, de cultivar el gusto por lo que es justo y verdadero, aun cuando esto pueda comportar sacrificio e ir contracorriente.
LEVANTAR LOS OJOS HACIA DIOS
6. Ante el difícil desafío que supone recorrer la vía de la justicia y de la paz, podemos sentirnos tentados de preguntarnos como el salmista: «Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?» (Sal 121,1).
Deseo decir con fuerza a todos, y particularmente a los jóvenes: «No son las ideologías las que salvan el mundo, sino sólo dirigir la mirada al Dios viviente, que es nuestro creador, el garante de nuestra libertad, el garante de lo que es realmente bueno y auténtico [...], mirar a Dios, que es la medida de lo que es justo y, al mismo tiempo, es el amor eterno.
Y ¿qué puede salvarnos sino el amor?»[9][9]. El amor se complace en la verdad, es la fuerza que nos hace capaces de comprometernos con la verdad, la justicia, la paz, porque todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (cf. 1 Co 13,1-13).
Queridos jóvenes, vosotros sois un don precioso para la sociedad. No os dejéis vencer por el desánimo ante a las dificultades y no os entreguéis a las falsas soluciones, que con frecuencia se presentan como el camino más fácil para superar los problemas. No tengáis miedo de comprometeros, de hacer frente al esfuerzo y al sacrificio, de elegir los caminos que requieren fidelidad y constancia, humildad y dedicación. Vivid con confianza vuestra juventud y esos profundos deseos de felicidad, verdad, belleza y amor verdadero que experimentáis. Vivid con intensidad esta etapa de vuestra vida tan rica y llena de entusiasmo.
Sed conscientes de que vosotros sois un ejemplo y estímulo para los adultos, y lo seréis cuanto más os esforcéis por superar las injusticias y la corrupción, cuanto más deseéis un futuro mejor y os comprometáis en construirlo. Sed conscientes de vuestras capacidades y nunca os encerréis en vosotros mismos, sino sabed trabajar por un futuro más luminoso para todos. Nunca estáis solos. La Iglesia confía en vosotros, os sigue, os anima y desea ofreceros lo que tiene de más valor: la posibilidad de levantar los ojos hacia Dios, de encontrar a Jesucristo, Aquel que es la justicia y la paz.
A todos vosotros, hombres y mujeres preocupados por la causa de la paz. La paz no es un bien ya logrado, sino una meta a la que todos debemos aspirar. Miremos con mayor esperanza al futuro, animémonos mutuamente en nuestro camino, trabajemos para dar a nuestro mundo un rostro más humano y fraterno y sintámonos unidos en la responsabilidad respecto a las jóvenes generaciones de hoy y del mañana, particularmente en educarlas a ser pacíficas y artífices de paz. Consciente de todo ello, os envío estas reflexiones y os dirijo un llamamiento: unamos nuestras fuerzas espirituales, morales y materiales para «educar a los jóvenes en la justicia y la paz».
Vaticano, 8 de diciembre de 2011
Benedicto XVI